Hace unos meses mi amigo Daniel Martinez -quien ha desarrollado una seria pasión por los vinos-, me comentaba que en casa de sus padres había encontrado una botella guardada en un pequeño mueble de vinos, su papa no recordaba ni siquiera como había llegado a parar allí, le dijo que seguramente alguien se la había obsequiado alguna vez.
Daniel con su estrenada predilección por los vinos me comento que quería que abriéramos aquella botella juntos pues era de una cosecha muy antigua y quería saber en que estado estaría un vino tan viejo, el vino era Californiano de la Bodega Caymus, yo le dije que al menos era una bodega famosa.
El por su lado estuvo averiguando sobre el vino y quedamos en tomarlo en alguna oportunidad en la que yo fuera a visitarlo a su casa.
El tema fue olvidado por algunos meses hasta que un fin se semana decidimos visitar a nuestro amigo, yo lleve mi decantador pues supuse que tendríamos que usarlo si abríamos la misteriosa botella de Caymus.
Al llegar me dispuse a hacer los honores de abrir aquel caldo olvidado, al ver que era de 199o pensé que seguramente ya habría perdido toda su magia. A través de la luz antes de abrirlo se podía apreciar que todavía conservaba una pigmentación razonable dado el tiempo que tenia en botella.
El corcho estaba filtrado hasta la mitad y estaba muy húmedo, fue bastante difícil lograr sacarlo sin que terminara flotando dentro en el vino... pero con mucha paciencia lo logre.
Obviamente tuve que decantarlo pues tenia bastantes sedimentos... y al hacer este procedimiento fue como liberara el genio de la lampara, flotando en el aire sentí recuerdos de frutas negras que rápidamente desaparecieron sin dejar rastro en el ambiente...
Ya en ese momento estaba muy intrigada y sospechando que este vino podría darnos una sorpresa. Su color era de un rojo muy pardo de intensidad media, al llevarlo a la nariz los aromas balsámicos fueron los primeros en aparecer junto con un inesperado recuerdo de frutas maceradas en alcohol, me hizo recordar muchisimo el aroma de los frutos secos que se maceran por 1 año en diferentes licores para luego ser usadas en mi casa en navidad para hacer la torta negra. Unas apagadas notas tostadas y de vainilla fluyen como si les fuera difícil llegar hasta el borde de la copa. En boca era de suave textura, casi imperceptible, y todos los aromas que sentí en nariz estaban presentes en boca...
Era como un bello fantasma al que liberamos su alma y quien nos regalo los últimos trazos de recuerdos de lo que alguna vez fue.
La velada se extendió dando el paso a otros vinos, pero al llegar a la casa me decidí a averiguar exhaustivamente que era lo que había probado, lo cual resulto ser una verdadera sorpresa.
Debo hablar primero que nada de la Bodega, su fundador Charlie Wagner fue el motor de la viticultura en el Valle de Napa. Este personaje, muy querido en la zona, fue el primero en comprender el gran potencial del Cabernet Sauvignon de Napa. Antes de fundar la bodega ellos ya plantaban frutas y vides, vendiendo su producción de uvas a Bodegas cercanas. Al cumplir los 60 años le sugiere a su hijo que monten una bodega y produzcan su propio vino; así comienza
la vida de Bodega Caymus que en 1985 da un vuelco estilístico cuando su hijo Chuck se hace cargo de la elaboración, es en este momento que se crea la fama de Caymus.
Charlie solía decir algo a los visitantes de su bodega: "Si un vino no le resulta atractivo al paladar, no es su vino"... para animarlos a anteponer sus gustos a críticas, precios y cualquier otra consideración...
Irónicamente en el año 1994 uno de sus vinos logra 98 ptos en la revista Wine Spectator convirtiendolo en el Wine of the Year... el mejor vino de todos los que fueron catados por los editores de la revista en ese año...
Y era nada más y nada menos que nuestro Caymus Cabernet Sauvignon del 1990....
A continuación las notas de cata que acompañaron esta reseña:
Maravillosamente proporcionado, suave, de felpa, rico y concentrado, con niveles de complejidad de cereza, ciruela, grosella y sabores de especias, con taninos dulces y bonitos; tostadas, mantequilla y la vainilla de roble persisten en un largo y completo acabado.
En el transcurso de los años siguientes este vino fue catado por el panel de la revista. Estos son los resultados:
El 15 de septiembre de 1996 fue catado de nuevo y su calificación fue de 97 ptos, entre las notas aparece: muy bueno para guardar.... ;)
Fue catado por ultima vez el 28 de febrero del 2001 con una calificación de 93 ptos, acompañado con las siguientes notas de cata:
Ha envejecido muy bien, es rico y elegante, con una amplia gama de cerezo negro, anís, grosella, ciruela y aromas térreos que le dan complejidad, terminando en un largo postgusto. Los taninos se han suavizado. Beber ahora y hasta el 2007....:(
Bueno como podran ver llegamos un poco tarde para poder apreciar todas las maravillosas virtudes que tuvo este vino, pero igualmente fue una linda experiencia. Una sucesión de eventos inesperados hizo que esta botella llegara a mis manos.... lo cual fue una suerte para mi y para él, pues al menos podrá ser recordado a través de estas lineas.
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